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El mundo de Bárbara

 

Internet: todo un tema!!!

Nadie puede negar el auge de Internet en los últimos años. La idea de hoy es acercarnos un poco al tema desde una visión crítica y reflexiva sobre nuestra propia actitud frente a esta nueva tecnología.

Hay un autor llamado N. Burbules que identifica 5 tipos de lectores en relación a Internet. Obviamente, acá lo presento como si fuera una caricatura pero, en realidad, se puedan dar en una misma persona, en distintas situaciones.

1) El navegador: aquel que visita distintos sitios, siguiendo algún criterio personal.

2) El usuario: aquel que busca datos precisos y, una vez encontrados, se desconecta.

3) El surfista: aquel que hace "zapping" en Internet. Va de una página a la otra, sin un criterio determinado.

4) El usuario crítico: aquel que busca datos precisos, teniendo conciencia de que hay más por conocer, que no todo acaba con la información que encontró.

5) El hiperlector: aquel que cuestiona lo que encuentra en la red, así como se interroga sobre la información ausente. Partipa de las opciones que brinda internet (por ejemplo, los foros). Busca el origen de la información y hace un trabajo crítico sobre la información que obtiene.

¿Se sienten identificados con algún tipo de lector?
¿Qué piensan de Internet?

Queda abierto el debate...

 
 

Cuento: La rana en el pozo

Es un cuento conocido, sobre todo por los chicos de Barrio Norte ya que nuestro pastor lo ha contado en algunas ocasiones.
La propuesta es leerlo y que digan qué moraleja les dejó.

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y de repente, una de ellas cayó en un pozo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del pozo. Cuando vieron cuán hondo era, le dijeron a la rana en el fondo que para efectos prácticos se debía dar por muerta. La rana no hizo caso a los comentarios de sus amigas y siguió tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles. La rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logro salir del pozo.
Cuando salió las ranas le dijeron: - Nos da gusto que hayas logrado salir del pozo, a pesar de todo lo que te gritábamos. La rana les explicó que era sorda y que pensó que las demás estaban animando a esforzarse más y salir.

Por Bárbara
El miércoles, mayo 25, 2005
Hora: 6:03 p. m.
Exploradores:
 
 

La evaluación: ¿enemiga de los alumnos?


Se me ocurrió escribir sobre este tema porque tuve prueba de portugués y salí bastante enojada. Fue muy largo el examen, teníamos dos horas (lo cual era imposible de resolver correctamente en ese tiempo) y nos tomaron ejercicios que dijeron que no nos iban a tomar. Finalmente, cuando entregamos la profesora no tuvo mejor idea que seguir dando clase una hora más (la mitad de la clase se fue, y los que quedábamos estabamos muy cansados).


¿Cuántas veces hicimos un examen pensando que "sabíamos" y después nos fue mal? o ¿cuántas veces nos tomaron una prueba y realmente no sabíamos? o, como en mi caso, ¿Cuántas veces nos toman un examen y salimos enojados, molestos, angustiados, etc.?
Siempre me pregunto qué concepción tienen los profesores sobre la instancia de la evaluación. Y aquí encuentro varias ideas:

*La evaluación como comprobante del aprendizaje del alumno. Se busca ver si la persona realmente estudió y que de cuenta de eso. Pero, ¿todo aquel que le va bien en una prueba realmente aprendió? ¿Qué pasa con aquel que estudió de memoria? ¿Y el que se copió?

*La evaluación como parte del programa escolar. Acá entran los profesores que dicen: "si es por mí no tomaría examen, pero me exigen desde arriba. Es obligatorio." Puede pasar que ese profesor no le de demasiada importancia puesto que lo ve como algo burocrático.

*La evaluación como una parte del proceso de aprender. El profesor considera que es parte de la construcción del conocimiento. La equivocación es válida y permite avanzar en el conocer. No es el fin del proceso, sino parte del mismo. (Yo pienso que así debería ser siempre).

Puede haber más posturas...a mí se me ocurrieron esas. Estoy en contra de esos exámenes en el que tenemos que resolver muchas actividades en poco tiempo. Ojalá podamos romper con esa instancia de evaluación en la que se ven muchos alumnos, sentados solos, en absoluto silencio, donde abrir la carpeta o el libro es "copiarse."
Una buena evaluación no es aquella que busca reproducir lo enseñado sino que busca seguir aprendiendo y pensando.
Hay que reinventar las formas de evaluar...y es cierto que hay muchos profesores (quizás sobre todo en la universidad) que buscan nuevas maneras. Por ejemplo: escribir ensayos, trabajos prácticos, trabajos de campo, pruebas a libro abierto, entre otras.
Pero, me pregunto, ¿Por qué será que ningún alumno disfruta de tener prueba? Es hora de escuchar a los alumnos y juntos (docentes y alumnos) buscar nuevos modos de construir el conocimiento, y de aprender.

¿Ustedes qué piensan? Queda abierto el debate, como siempre...

 
 

Un poco de promoción

Acá van las páginas que pueden visitar (blogs creados hace poquito, como el mío):

Teatro by Melania: http://www.melaniatorreswilliams.blogspot.com/

Blog de Lucas Barrientos: http://www.lucasbarrientos.blogspot.com/

El blog preguntón: http://www.timoteograncharoff.blogspot.com

Tengo un blog, ¿y qué? http://www.nitratodeponerla.blogspot.com

 
 

Descubriendo el más allá

Quiero compartir con ustedes el cuento que escribió Valeria Tomasini, persona a quien quiero profundamente. Les comento que se sacó 10 en el colegio por este trabajo.
La propuesta es leerlo y opinar...
Cualquier otra persona que tenga ganas de mandar un cuento, poesía o algo ya sabe que puede contar con este espacio (me lo envían por mail y yo lo pongo).

Descubriendo el más allá

El Sol se extinguía. Otra nueva noche invernal se hacía presente. Los ladridos de perros no cesaban. La furia del viento golpeaba cierto objeto. Yo lo escuchaba. No lo veía.
Ya estaba resignado. Nadie me escucharía. Las uñas me sangraban. Percibía el sabor en el paladar. Una pequeña rendija me permitía inhalar algo de aire.
Hace más de seis horas que debía estar allí. Había despertado en la penumbra. Estaba encerrado. Incertidumbre. Desconcierto. Mi mente ya no alcanzaba a procesar tantas ideas. Mis músculos se habían tensado. El pánico recorría mis venas. El corazón iba a salirse de mi cuerpo. ¡Tantos movimientos! ¡Tantos ruegos! La desesperación me había invadido completamente.
Luego me contuve. Podía percibir cómo transitaban las horas. Ya todas las sensaciones habían cambiado. Llegaba la angustia. El dolor. La impotencia. Estaba sumiso.
Sabía en dónde me encontraba. Ya había visto antes la bóveda dispuesta para mi familia. Nunca imaginé que la viviría desde adentro. Al menos no que la viviría. Pensar que estoy a unos centímetros de de mi abuelo. De mi difunto abuelo.
Por un momento lo dudé. Quizá ya había muerto. Quizá esto era la muerte. ¿Soy mi propio espíritu? En mi desesperación llamé al cadáver de mi abuelo. Le imploré que me ayudara. Quizá él estaba en mi situación. Tal vez él podría socorrerme. ¡Qué tontería! ¡Como si un muerto fuera a escucharme! ¡Estoy tan confundido! Pero luego volví a la realidad. A mi única realidad.
No veía la hora de dejar la vida. Igualmente no faltaba tanto. Me costaba respirar. Ya no me esforzaba por inhalar a través de la rendija. Para qué seguir extendiendo mi existencia vanamente.
Traje a la memoria los momentos felices de mi vida. Pero me fue inútil. Pensaba en mi familia y sentía bronca. Cómo pudieron equivocarse tanto. Cómo no se dieron cuenta de que no había muerto. Hace cuánto había estado allí dormido. ¡Si hubiesen sabido que me encontraba desamparado y vivo en mi propio ataúd!
Nunca había creído en Dios. Siempre le había sido indiferente. Habría sido absurdo y oportunista pedirle que tuviera piedad de mí en ese momento. Yo siempre había sido una persona muy justa y quería morir como tal.
Mi cara estaba cubierta de una especia de pasta. También tenía puesto un vestido de una tela suave que rozaba mi piel. Me aferraba a ella e imaginaba que eran las manos de Alicia acariciándome. Protegiéndome. Pobrecita. Cómo estaría el amor de mi vida. Espero que pueda ser feliz sin mí.
Ya era desesperanza. Me invadían pensamientos absurdos. Algo extraño me ocurría. Veía rayas de colores. Luego se convertían en órbitas que iban desapareciendo instantáneamente. Un frío áspero recorría mi espalda. Yo imaginaba: ¡nieve! De repente se me cruzó el rostro de mi madre. Luego el de mi abuelo que si mal no recordaba estaba en el ataúd de arriba.
Me había quedado exánime. Mi corazón se detenía. Mantos de oscuridad cubrían las imágenes que mi mente engendraba. Imaginé el cielo. Un cielo que se cubrió con el último y lóbrego manto. En ese momento me apagué.

 
 

Presentación

Bueno, bienvenidos y bienvenidas a este espacio que pretende ser para ustedes.
La idea surgió porque al querer firmar el blog de Lucas Barrientos (no te preocupes, no te cobro la publicidad de tu espacio jeje) me di cuenta que si no era un usuario registrado no podía hacerlo.
Cuando me registré me di cuenta que yo también había creado esta página.

Finalmente, me explicaron que se puede firmar sin estar registrado jeje...en fin, mi blog ya fue hecho y ahora vamos a aprovecharlo.

La propuesta es compartir algunos textos o temas de mi interés y abrir debates con la intención de pensar juntos.
Gracias por participar. Espero que les guste!

 
 

El grito manso

Hace poco mi hermana Melania me regaló el libro "El grito manso" de Paulo Freire. Les cuento que Paulo (me tomo el atrevimiento de llamarlo solamente por su nombre porque siento que ya es parte de mi vida) es uno de los más destacados pedagogos del siglo xx. Nació en1921 en Brasil, y falleció lamentablemente en 1997. Se ubica en el marco de la pedagogía crítica (línea a la cual adhiero fervientemente).En el libro, se abordan muchas problemáticas (y muy interesantes). Hoy, me interesa que podamos pensar la idea de "cambiar el mundo" en relación a la educación.

¿Qué pienso de mí mismo y de los otros? Esta es una pregunta que todo educador y toda educadora debería plantearse. Según este autor, somos seres históricos que nos hacemos y rehacemos socialmente. Y, en cuanto seres históricos que somos, podemos afirmar que somos incompletos, inacabados o inconclusos. Y, a diferencia de los animales, nosotros nos reconocemos como incabados. Es allí donde reside la posibilidad de la educación: la conciencia de la inconclusión del ser da lugar a su educabilidad. Y junto a eso plantea que la curiosidad es el motor del conocimiento. Es decir, un ser que se sabe incompleto entra en un permanente estado de búsqueda. Pero no cualquier búsqueda, sino que se trata de una búsqueda con esperanza. Y es en este punto en el que yo me quiero detener. En mi opinión, vivimos en un mundo complejo, estamos insertos en un sistema perverso que intenta presentarse como único posible, dejándonos el lugar de consumidores y seres acríticos para poder sostener precisamente su posición de único. Entonces, me pregunto: ¿Qué lugar nos queda a nosotros? ¿Qué podemos hacer? ¿Podemos cambiar el mundo? Sin duda, la búsqueda del ser es la que nos moviliza a avanzar y recorrer caminos de lucha. Pero esta lucha sin esperanza se desvanece.¿Cuántas veces escuchamos por la calle: "La realidad es así" como si nos pudiéramos conformar con el mundo es de esta manera y ya no queda nada por hacer.Como dice Paulo Freire, la realidad no es así, la realidad está así, y eso quiere decir que se trata de un proceso de construcción. Y yo agrego, no existe una realidad única. Hay diversas realidades de las cuales tenemos que hacernos cargo. La lucha esperanzada admite por supuesto momentos de desesperanza. Cuando veo el noticiero muchas veces me desanimo. O cuando estoy en clase y entran 3 personas en menos de una hora a pedir ayuda porque no tienen para alimentar a sus hijos. Muchas veces la desperanza jaquea la esperanza que me mueve a seguir. Pero no podemos quedarnos así, tenemos que levantarnos y seguir luchando.Pero para eso tenemos que entender que nosotros solos no podemos cambiar el mundo entero, pero podemos hacer mucho y tenemos que invitar a los demás a vivir una lucha activa. Todos tenemos algo por hacer. Creo que la idea está en hacernos cargo de eso. Tal como plantea Paulo, necesitamos reinventar las formas de acción política y reinventar nuevas formas de lucha pero jamás dejar de luchar.

Ahora bien, ¿De qué formas concretas podemos poner esto en práctica? Queda abierto el debate...